Una central hidráulica es una máquina enorme que transforma el agua que fluye en energía eléctrica. Este tipo de central se encuentra en la orilla de un río o una cascada por donde fluye una gran masa de agua. Capta el agua del río o la cascada y la pone a trabajar haciendo girar una gran rueda llamada turbina. A medida que la turbina se mueve, genera energía. Luego podemos convertir esa energía en electricidad, que alimenta nuestros hogares, escuelas y negocios para que podamos encender las luces o nuestros ordenadores, prácticamente cualquier cosa.
A unidad de poder hidráulico es una unidad formada por varios componentes que trabajan juntos para generar energía hidráulica. La primera parte se conoce como presa. Es una barrera construida a lo largo de un río para contener u obstruir el agua. Esto acumula una gran cantidad de agua detrás del muro de la presa. Luego, el agua se descarga en un canal o túnel que la lleva a la central eléctrica. Por ahí es por donde fluye el agua para hacer girar la turbina, una forma importante de energía. La turbina está diseñada específicamente para girar rápidamente cuando el agua se mueve sobre ella. La turbina se conecta a un dispositivo conocido como generador. El rotor gira y mueve el generador, convirtiendo ese movimiento en electricidad. Y, por último, esta electricidad se transporta a través de líneas eléctricas hasta nuestro hogar y lugares de trabajo, donde podemos utilizarla de innumerables maneras.
Existen muchas razones por las que las centrales hidráulicas son tan importantes. En primer lugar, ofrecen energía limpia, es decir, no contaminan el aire ni el agua como lo hacen otras formas de energía, especialmente los combustibles fósiles. Cuando se queman combustibles fósiles, emiten gases tóxicos que pueden dañar nuestro medio ambiente. Por otro lado, las centrales hidráulicas no liberan sustancias químicas o contaminantes potencialmente peligrosos a la naturaleza. En segundo lugar, las centrales hidráulicas utilizan una fuente de energía renovable. Mientras el agua fluya, podemos seguir generando energía porque los ríos y arroyos siempre están llenos de agua. Las centrales hidroeléctricas funcionan de manera constante y producen electricidad las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, durante toda la temporada. Esto las convierte en una fuente de energía confiable para las comunidades, lo que garantiza que las personas puedan satisfacer sus necesidades de electricidad a diario.
La generación de electricidad mediante una central hidráulica puede verse afectada por varios factores. Por un lado, el volumen de agua que circula por un río o arroyo. Si los niveles de agua son bajos, la central no podrá producir tanta electricidad porque no hay suficiente agua para generar la fuerza necesaria para hacer girar la turbina. Otro factor es el volumen y la forma de la presa. Una presa más grande tiene más capacidad para almacenar agua y, por lo tanto, permite que la central genere mayores cantidades de electricidad cuando se aprovecha. La forma en que se diseña la presa también puede afectar la eficiencia con la que el agua fluye hacia la turbina. Por último, la turbina utilizada en la central también contribuye mucho a su eficiencia. Hay diferentes tipos de turbinas, cada una con sus ventajas y desventajas; algunas están diseñadas para un mejor pellet. Para capturar la máxima energía, también debe elegir el tipo de turbina adecuado.
Con el avance de la tecnología y la constante evolución de las capacidades, se inventan nuevos dispositivos que pueden ayudar a mejorar el funcionamiento de una central hidráulica. Una idea realmente genial es lo que podríamos llamar una turbina amigable con los peces. Se trata de un tipo especial de turbina que hace que los peces estén más seguros en el río. Es un paso clave para ayudar a proteger la vida silvestre, ya que ahora los peces también pueden resultar heridos o morir si pasan demasiado tiempo bajo las turbinas. Una tecnología en desarrollo (en otros lugares) son las turbinas submarinas. Incluso sin ninguna presa, estas turbinas son capaces de crear energía eléctrica a partir del movimiento del agua. Esto significa que se pueden instalar en los ríos o arroyos sin afectar el flujo del agua y, por lo tanto, representan una solución más ecológica para la generación de energía. Representan una nueva tecnología de vanguardia no convencional que definitivamente ayudará a las centrales hidráulicas destinadas a realizar contribuciones adicionales hacia desarrollos eficientes, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.